Cuando empecé en el ansiado y fascinante camino de la independización laboral, emprendiendo mi propio negocio, recibí los mejores deseos y muchas buenas vibras, además de consejos por supuesto; entre ellos hubo uno, de alguien que llevaba muchos años en el rubro, del cual hoy asiento sus palabras: «Felicidades por tu decisión, de mi experiencia puedo decirte que no todo va depender del profesionalismo, constancia y otras aptitudes que tengas para este negocio, sino que, la pieza clave o área crítica para que tu emprendimiento funcione y se mantenga en el tiempo es, y aunque muchos no lo digan, La RECAUDACIÓN«.
Sí, lograr cobrar una factura, conseguir ese pago a término por tus servicios.
Hoy en día no encuentro un emprendedor que no tenga alguna queja por la falta de pago o simplemente porque le quedaron debiendo alguna factura. Es que cobrar se ha vuelto más que un simple acto mecánico, cobrar una factura es todo un arte que implica estar dotado de habilidades como la paciencia, persuasión, tolerancia, empatía, incluso desempeñarse en áreas de consultoría y asesoría, pasando por una especie de training en psicología, haciendo un análisis de las personas con las que interactúas en el proceso de cobro de una factura, porque no es solo el hecho de emitir una factura con fecha de pago, y esperar a que se acredite en tu cuenta…
Luego de varios años en este negocio, puedo decir que hemos aprendido lo siguiente: seguir los procesos estandarizados del área de pagos de tu cliente, respetando los ciclos y cadenas de mando, hablando con las personas encargadas de cada una de las áreas implicadas como pago a proveedores, área contable y personal superior inmediato; y si aun así no logras cobrar, puedes ir escalando posiciones, porque lo más probable es que el gerente de finanzas o del área encargada no esté enterado de tu caso en particular. Y ello puede deberse a un manejo poco eficiente del presupuesto asignado, a la falta de planificación en el área, que excedió sus gastos o puede que simplemente no estés en su lista de prioridades, etc… Lo malo es que esa pésima gestión la terminan pagando algunos proveedores.
Otra posibilidad es que, muchas veces, «no es que no quieran pagar» sino que «no pueden hacerlo por el momento» y en tal caso proponer nuevos plazos y establecer cuotas de pago es una alternativa. Otra opción que no debemos descartar y evaluar es la posibilidad de hacer un canje por productos o servicios, según sea el caso y porqué no, hacer una triangulación con algún otro cliente que pueda estar interesado. Claro está que también existe la vía judicial, pero no te apresures en lanzar amenazas o improperios, ya que después es muy difícil retomar el camino de la negociación, sin antes consultar con un abogado para que te detalle los gastos en los que incurrirías si optas por esa vía.
Finalmente, debo resaltar que no todo es negativo, lo bueno es que a estas alturas ya habrás adquirido y desarrollado habilidades que arriba mencioné, tales como; la paciencia, persuasión, tolerancia, resiliencia, además de poner en práctica técnicas para ejercitar la empatía, las cuales te aseguro, no existe escuela que las dicte.
Cobrar una factura es una cuestión de honor, dignidad y respeto por el trabajo que realizamos.
0 comentarios